jueves, 23 de septiembre de 2010

Caballero












Prisionero del recuerdo,

gastas tus días ahogando penas.

Como amigas fieles la miseria y la soledad,

acompañan el eco que produce tu corazón hueco.

Una lágrima secase desliza por tu rostro,

tus párpados caídos , sostienen el peso de tu vida perdida.

Tus pupilas opacas dan color a tu camino gris,

entre piedras y tropiezos, tus pies rotos recorren su destino.

¿Qué hiciste amigo mío que olvidaste tu vida?

Cambiaste la eterna felicidad por una falsa ilusión.

Tu alma torturada revive cada día las horas vividas,

condenado a vagar por el mundo sin rumbo.

No temes a la muerte, tu razón ha huido,

caballero del tiempo,

predicas tu dolor para que seas oído.

Desnudas el deseo de una vida nueva,

las oportunidades han dejado a tu infiel corazón,

tus cadenas han sido atadas a tus pies.

Esclavo de ti mismo,

esperas el momento de liberarte.


Milagro.


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