miércoles, 23 de marzo de 2011

Promesa grabada en el olvido

Ya aquella corteza
desteñida y gastada
se soltaba sin ganas de aquel tronco,
ese gran roble
que un día dibujó en sus costados corazones,
amores de infancia,
grabados de otoño
con iniciales de amantes perdidos.
su tez era ahora una seca astilla del olvido,
una lejana señal de amor.



Milagro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario