viernes, 1 de julio de 2011

Envidia





















A poquitos vas robando mi pureza
mi sombrero tejido.
Abriéndote camino por mi espalda
vas directo al corazón.
Con ácida intención
y descarada inteligencia.
Verde enredadera en mi lengua,
has buscado la cerradura perfecta.
Con tu falsa verdad me hiciste un mundo,
un color de muerte lenta,
podrida emoción.
Negando tu destino vas,
envistiendo de locura mi noción,
provocándome con furia te acercas
maldiciendo mis horas
arrastrándome a tu oscuridad.

Milagro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario