entre líneas invisibles de códigos binarios.
asomado por una ventana artificial,
a millas de distancia,
ahí.
Escribiendo una historia soñada
arrancándome segundos,
dando melodía a mis letras asonantes.
Tú, querido amigo,
un fiel reflejo de mi corazón,
Te escucho,
mientras entre las letras adivino tu rumbo.
Como si se nos olvidara la vida,
y corriéramos libres,
entre campos de batallas,
a través de los los límites.
Milagro
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