ni de lealtad,
ni de ojos brillando en la oscuridad,
no conoces lo que es derretirse de dolor,
ni sudar envuelto en locuras de sueños
como has despreciado tanto para dar
cuando mis manos solo querían tenerte para siempre
somo si fueras un rey te quedaste frio ante mí.
A la hora de la hora solo callaste,
sin actuar,
como si los besos los hubiera borrado tu mano,
y mis caricias hubieran sido solo inventos.
Milagro
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