observaba tu figura
mientras mi cuerpo tembloroso
recorria tu paisaje
y el colchón se hacia de hierbas
entre las suaves nubes
deshacíamos la tarde
robándonos la inocencia
liberando a las aves.
Entre tu sombra y la mía
se fundían los corazones
arrodillados de alegría
suplicando la victoria.
con el dulce sabor nos entregamos
al ritmo de nuestros cuerpos sedientos
descubriendo en lo profundo del silencio
nuestros mas sublimes deseos.
Milagro
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